Pazo de Mariñán
Los jardines del Pazo de Mariñán forman parte de la Ruta Europea de Jardines Históricos (European Route of Historic Gardens)
La Ruta Europea de Jardines Históricos es uno de los Itinerarios Europeos certificados por el Consejo de Europa. Esta ruta pretende reconocer el valor histórico, artístico y social de los jardines históricos y de ella forman parte países como Georgia, Alemania, Hungría, Grecia, Italia, Polonis, Portugal y España.
Los jardines del Pazo de Mariñán están incluidos en la European Route of Historic Gardens (Ruta Europea de Jardines Históricos), iniciativa certificada por el Consejo de Europa que reconoce el valor histórico, artístico y social de los jardines patrimoniales en Europa. Esta ruta forma parte del programa de Itinerarios Culturales del Consejo de Europa, lanzado en 1987, que identifica actualmente más de 38 itinerarios temáticos en 60 países. (https://www.coe.int/es/web/cultural-routes).
Los jardines del Pazo, situados en la ría de Betanzos, integran un conjunto paisajístico y botánico de elevado valor, en el que se combinan parterres de inspiración francesa, bosques de camelia, y unas vistas privilegiadas sobre el estuario del río Mandeo.
Al pertenecer a esta ruta europea, el Pazo de Mariñán beneficia de un reconocimiento internacional y accede a actividades de cooperación, investigación, intercambio cultural y educación patrimonial, fomentando un turismo responsable y sostenible.
La certificación "Itinerario Cultural del Consejo de Europa" es una garantía de excelencia que permite a los itinerarios beneficiarse de una serie de actividades innovadoras:
- cooperacion en investigación y desarrollo.
- mejora de la memoria, historia y patrimonio eurpeo
- intercambios culturales y educativos para la juventud europea
- la práctica cultural y desarrollo cultural sostenible
- sinergias entre las autoridades nacionales, regionales y locales

Por el momento, no nos resulta posible permitir el acceso con animales de compañía.
Mariñán entre los pazos gallegos
Con el tener "Pazo" se designa de manera genérica las casas patriciales gallegas en el campo. Edificaciones que cuentan normalmente con trazos heráldicos y santuarios superiores a la media. Sin embargo este término, que deriva del latín "palatíum" resulta a veces ambiguo e indeterminado. "Pazo" es un vocablo de uso tardío y su consolidación se debe al empleo que del mismo hacen escritores como la condesa Pardo Bazán, Valle-Inclán y Otero Pedrayo, entre otros. En la literatura gallega del XIX, el tema de la vida y decadencia de los pazos se hace frecuente.
El Pazo de Mariñán, situado en el ayuntamiento de Bergondo, es uno de los conjuntos patrimoniales más destacados de Galicia, tanto por su valor histórico y arquitectónico como por su entorno natural y paisajístico.
Sus orígenes se remontan al siglo XV, cuando Gómez Pérez das Mariñas, caballero de la corte de Xoán II y participante en las Revueltas Irmandiñas, mandó construir una torre defensiva conocida como "de Bergondo". La propiedad pasó después por diferentes linajes de la nobleza gallega, entre las que destacan los Mariñas, Bermúdez de Castro, Deza y Osorio. El último propietario, don Gerardo Bermúdez de Castro y Suárez de Deza, conocido como Gerardo Láncara, legó el pazo a la Diputación provincial de A Coruña en el año 1936 para fines sociales y culturales.
Los linajes de Mariñán
El investigador coruñés Carlos Martínez Barbeito fue el grano estudioso y autor de "Torres Pazos y Linajes de los Pazos Gallegos". Por él sabemos que Mariñán desde Gómez Pérez das Mariñas va heredándose de padres a hijos. ES una línea genealógica que, sin rupturas, desemboca en Don Gerardo Bermúdez de Castro y Suárez de Deza, señor de Láncara. En su sangre confluyen buena parte de los grandes linajes gallegos: las casas de Traba, Altamira, Lemos, Luis de Pimentel y Sotomayor, tristemente conocido ya que intentó asesinar a la suya misma esposa, Inés de Ribadeneyra, en las dependencias del pazo.
El último propietario, don Gerardo Bermúdez de Castro frecuenta los ambientes de la aristocracia madrileña en los que es común sustituir el apellido por el título nobiliario, de modo que fue conocido por sus coetáneos como "Gerardo Láncara". Por este motivo su posesión mariñana se denominó "Pazo de Láncara"durante varios años, nombre que aún le dan los vecinos de edad más avanzada. Al morir en 1936 soltero y sin hijos, aunque tenía hermanos, legó el Pazo a la diputación para fines sociai
Arquitectura barroca que busca contrastes
La arquitectura del Pazo presenta en planta una estructura en "Dónde está", configuración típica de muchas de estas construccións. La fachada principal la preside una escalinata, de las denominadas "imperiales". En su parte baja dos esculturas en piedra representan la dos sirvientes en actitud de recibir al recén llegado. Al subir por la eres lo visitante accede a la sala de entrada que hace de recibidor y distribuidor a las demás dependencias.
La fachada posterior merece una especial atención. La domina una amplia terraza con balaustradas graníticas y una curiosa organización de accesos, pues intercala tramos quebrados en ángulo, finalizados con esculturas de vasos, fuentes y canales para juegos de agua. Todo esto realizado en granito gallego y con similar inspiración a algunas grandes escalinatas barrocas de Compostela.
Aunque las escalinatas de Mariñán evocan para muchos la arquitectura palacial italiana, quizás estemos ante una creación de Fernando de Casas Novoa, autor de la fachada del Obradoiro en la catedral de Santiago.
La terraza es la solana que, como su nombre indica es el sitio destinado a tomar el sol. Esto explica la existencia de bancos en la pared. Unas puertas dan al interior,que comunican con el antiguo comedor, de manera que si el tiempo acompañaba se convertía en una prolongación de las dependencias interiores. Actúa como nexo de unión con esa otra sala de estar al aire libre que es el jardín.
En el interior destaca el grande lar; cocina y lugar de encuentro de los sirvientes de la casa, además de calentar el comedor y los apousentos de los señores. No dejaremos de ver el tiro de la chimenea.
La horizontalidad imperante en los pazos gallegos se ve rota únicamente por la torre y la chimenea. Las grandes dimensiones se explican en parte por la tendencia del Barroco a buscar efectos sorpresa y sensación de inestabilidad, que se traducen en colocar grandes volúmenes en las partes altas de los edificios.
El vestíbulo es la entrada aparte noble. En esta zona los pisos serían de madera de castaño, roble o pino. En otras zonas se usaría la piedra, como es el caso del lar, en tierra, quedaban las bodegas, las despensas, las cortes y otras estancias de la planta inferior.
La capilla puede tener una primitiva fundación con la segunda hija de Gómez Pérez das Mariñas, doña Constanza, que heredó esta casa. Sin embargo en el siglo XVIII, dentro de las pautas estilísticas del Barroco, se llevó a cabo una absoluta reforma. fachada con campanario y pináculos finalizados en bollos es propia de ese siglo. Contrariamente el retablo no adentra en el racionalismo neoclasicista.
Tal como indica el refrán popular Palomar, capilla y ciprés, pazo es". La capilla es un elemento casi obligado ya sea arrimada al edificio principal o independiente. En el caso de Mariñán es de grande tamaño y dispone de dos puertas; una en la parte superior por la que accedían dueños y aportados al pequeño coro o tribuna y otra en la planta baja, formando ángulo recto con la fachada principal de la casa, por la que entraban el resto de asistentes al culto. Además de cumplir su función religiosa era, al igual que en otros pazos, un nexo de unión entre los dueños y los vecinos de sus aledaños.
No se pueden pasar por alto las cuatro espléndidas tallas del retablo, atribuidas a José Gambino. Un compostelano hijo y neto de italianos, formado con Casas Novoa y con el portugués Almeida. Su abuelo, probablemente, habría sido un escultor de la escuela florentina afincado en Génova. La obra de este artista, situada entre las más prestigiosas de la escultura del siglo XVIII, fue continuada por su yerno José Ferreiro.
Colección artística y usos actuales
El Pazo, desde los años de su rehabilitación, 1975, trata de ambientarse con muebles y objetos artísticos. Así es que reúne una significativa pinacoteca, mayoritariamente de autores gallegos, verdadera antología sobre todo de los siglos XIX a nuestros días. Así es que por sus dependencias se reparten obras de autores novecentistas, modernistas y renovadores.
Entre las obras más antiguas destaca una tabla de estilo flamenco procedente del Hospital de Peregrinos en Compostela, actualmente Hostal de los Reis Católicos. Se trata de un frontal del siglo XVI, atribuido a Francisco Gallego.
ES notable la colección de obras de pintores del XIX, de inspiración romántica, de temática historicista o costumbrista como Modesto Brocos, Román Navarro, Dionisio Fierros, Jenaro Carrero, Ovidio Murguía Castro, malogrado pintor, hijo de Rosalía Castro... algunos de ellos maestros o conocidos del niño Pablo Ruiz Picasso en sus años de estudio en A Coruña. Del siglo XX, en ese abrir a las búsquedas, a los "ísmos" merece destacar la obra de Villafinez, Alvarez de Sotomayor, LLORÉNS, Seijo Rubio, Juan Luis, de José María Viruta, Fernández Sánchez, Isaac Díaz Pardo, entre otros.
También están representados destacados pintores no gallegos como Ángel Andrade, Rafael Torre o Tomás Moragas, con cuadros cedidos en depósito por el Museo del Prado, que lograron merecidos premios en las Exposiciones Nacionales de Arte.
El mobiliario, aunque tiene piezas anteriores, es fundamentalmente del siglo XIX. Existen también otros complementos ornamentales, tallas, porcelanas, trabajos tradicionales de la provincia, carruajes de época, etc. que tratan de aportarnos a una especie de convivencia tolerante de sensibilidades estéticas representativas de las diversas generaciones que contribuyeron a dibujar ese conjunto, ese continente y contenido que es el pazo
Desde su restauración, el Pazo de Mariñán acoge una importante colección artística perteneciente a la Diputación de A Coruña, con obras de artistas gallegos como Modesto Brocos, Dionisio Fierros, Ovidio Murguía, Isaac Díaz Pardo o Lloréns, entre otros, así como piezas cedidas por el Museo del Prado.
En la actualidad el pazo cumple tres funciones principales:
• ES sed de actos institucionales y culturales.
• Funciona como centro de formación y cursos especializados.
• Sirve como museo y espacio expositivo de la colección artística provincial.
El paisaje mariñán, jardines y contorno
Los pazos son producto de la hidalguía, una clase que busca emular al alta aristocracia en su forma de vida. Un elemento de prestigio es el jardín. En estos conjuntos harmonízanse en la ornamentación varios mundos: el de la piedra, el del agua y lo de las plantas.
En Mariñán la arquitectura se complementa con el paisaje típico de la Marina que se abre a la ría de Betanzos, formada por el río Mandeo. Parajes que ofrecen marcados contrastes verdes y reflejos que supo captar el pintor impresionista Lloréns.
El jardín se divide en tres zonas: ornamental, hortícola y la arbolada. Unos y otros reflejan las distintas formas de aprovechar el terreno. En principio era copia del jardín hortícola monacal.
El jardín histórico del Pazo de Mariñán, trazado a comienzos del siglo XIX, es obra de un jardinero francés, posiblemente Mathias Tiebe, y combina zonas ornamentales, hortícolas y arboladas. Reconocido por su diseño y riqueza botánica, forma parte de la Ruta Europea de Jardines Históricos, certificada por el Consejo de Europa.
Entre sus especies destacan el abeto del Cáucaso, los teixos, los cipreses de Lawson, los bojes y las camelias. Según la tradición, fue en este lugar donde se plantaron los primeros eucaliptos de Europa, enviados desde Australia por el obispo gallego fray Rosendo Salvado.
El conjunto paisajístico se completa con un embarcadero histórico en la ría de Betanzos, y con el llamado "Jardín de la Palabra" (creado en 1997), donde visitantes ilustres plantan un árbol y dejan un mensaje para el futuro.
Según García Pita el término "Bergondo" tendría un origen celta o germánico. En el primero caso haría referencia al rey Brigo y en el segundo a una elevación montañosa o "Berg". En el siglo XIII se cita como "Burgundíum".
Hay que destacar en este ayuntamiento la presencia del monasterio benedictino de San Salvador de Bergondo, del siglo XII. Los acogedores ayuntamientos de Sada y Oleiros, con sus playas y pazos no están lejos, son también una recomendable visita desde el pazo de Mariñán. Al igual que A Coruña o Compostela, donde media jornada se hace tala para adentrarnos en un verdadero universo de sensaciones.
Dentro de la arquitectura civil de la zona hay que destacar la existencia de otros pazos como los de Armuflo y Casal (siglo XIX) o el Pazo de Baldomir en Santa María de Guísamo del siglo XVII.
Otra arquitectura que se hace necesario citar es la ya mencionada Puente del Pedrido, referencia principal para lo visitante que desconoce el camino al pazo. Se construyó entre 1939 y 1942 por Eduardo Torroja y supone uno de los primeros usos del hormigón en las obras públicas gallegas.
Quien se aporte a Mariñán no debe desaprovechar la ocasión para realizar una visita por la comarca deteniéndose en las tierras de Betanzos y Pontedeume, núcleos de marcado interés histórico y artístico.
Destacando en Betanzos las iglesias medievales de Santa María del Azogue, de interesante retablo flamenco, la iglesia de Santiago, San Francisco, auténtico museo funerario por sus destacadas tumbas, entre ellas la del caballero Fernán Pérez de Andrade, el Museo de las Marinas, el modernista jardín enciclopédico, curiosa obra "kitch" realizado por los filántropos hermanos García Naveira y las balconadas, tabernas y mesones en los que se hace necesario degustar el suave vino y los embutidos que desde siempre dieron fama a Betanzos. El itinerario puede ampliarse conociendo restos de todo tiempo en los vecinos ayuntamientos de Cesuras, Oza, Coirós, Irixoa...el monte sagrado de la Espenuca domina el paisaje sorprendente de Chelo y los Caneiros en las orillas del Mandeo.

